Neko

Cita del momento:

"No se puede ir por ahí construyendo un mundo mejor para la gente. Sólo la gente puede construir un mundo mejor para la gente. Si no, es solamente una jaula."
-- Terry Pratchett, Brujas de Viaje.
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viernes, 12 de enero de 2007

"COMO DESEES"


Creo que cada vez parece menos cierto eso de “una promesa es para siempre”. Dejémonos de utopías: la vida no es justa, y en eso no iba a ser menos. Las promesas, con el paso del tiempo pierden fuerza, y a no ser que sean renovadas, acaban por olvidarse. Pero al ser renovadas, se puede considerar como una nueva promesa, técnicamente...

Al caso, que me he acabado La princesa prometida. Película que casi todo el mundo ha visto, pero libro que no tantos han leido. Pese a que esté muy bien adaptado al cine, comete un par de fallos argumentales demasiado delicados que le dan un cariz muy diferente la película. Alguien me ha comentado que en su opinión, (la cual comparto) esos cambios se han realizado para “infantilizar” la película, mientras que el libro es mucho más “realista”, porque...Sí, la vida es injusta, y quien trate de convenceros de lo contrario os miente.

Dejando atrás otras tramas como la de "HolasoyIñigoMontoyatumatasteamipadredispónteamorir", o la de Fezzic, me centraré en analizar brevemente la historia de amor entre Buttercup y Westley.

El amor verdadero, el amor eterno, puede ser cierto, no lo pondré en duda, pero las promesas respecto a él son muy difíciles de mantener. Así, Buttercup, se enamora del adorable Westley más que nada por celos posesivos.Celos que afloran al aparecer la Condesa queriéndole incar el diente al joven muchacho...Y no por surgimiento espontáneo como en la película. Es por el afán de posesión, no por otra cosa..Y eso pese a haberlo tenido tanto tiempo delante. Una especie de perro del hortelano, que ni come ni deja. Pero supongo que ese error lo comete el ser humano muy a menudo...

El caso es que le jura amor eterno, pero él sale a surcar los mares en busca de fortuna, y pronto llega el rumor de su muerte. Buttercup, pese a que juró no amar nunca a otro hombre, no duda en prometerse al Príncipe Humperdinck, y todo por el dinero...Y quien sabe, quizá por la lujuria...Aunque eso no salga de boca de Morgenstern ni de Goldman, autor/recopiladordepartesbuenas respectivamente...

Y es que la carne es débil, y Buttercup se subleva a la vida fácil y cómoda, a los lujos de palacio, sacrificando en ello el honor propio, la lealtad a una promesa tan pura como la del amor eterno...

Pero, ¿podemos culparla? ¿Tu que harías en su lugar? Eres una pobre granjera, tu amor ha muerto...¿No sucumbirias a la tentación de palacio?


Otra de las cosas que nos hace a los lectores guardarle cierto rencor a la bella muchacha es que una vez reencontrado su amor, cuando Westley va a rescatarla, y tras haber cruzado el pantano de fuego, cuando los ha acorralado el príncipe, ella, en el libro, no duda en salvar su pellejo como primera opción. No lo hace realmente para evitar que hagan daño a Westley, si no para asegurarse su propia supervivencia. Y deja al pobre más colgado y abocado a la muerte que un pollo de corral. El caso es que el “idiota” de Westley sigue encabezonado en recuperarla, y sólo gracias a su recuerdo es capaz de soportar las torturas a las que es sometido en el Zoo de la Muerte...

Y es que sí, tal vez el verdadero amor exista, y sea eso lo que nos da fuerzas a las personas para seguir adelante, pero creo que a veces, mucho más papel juega la cabezonería por conseguirlo que el amor verdadero. Si en el amor se nos presenta el camino fácil y el difícil, por ley, elegiremos el difícil...Pues siempre se quiere lo que no se puede tener.

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